¿Qué hay debajo de nuestra piel? Éste es el punto de partida para empezar a investigar. En un folio en blanco dibujamos lo que percibimos o sabemos que tenemos en el interior de nuestro cuerpo. Al terminar, compartimos con los otros nuestro dibujo. Al mostrarlo y exponerlo completamos lo que desconocíamos, nos acordamos de algún órgano que no recordábamos y tomamos consciencia de dónde se sitúa o creemos que está. Con estos conocimientos previos investigamos y experimentamos más acerca de esta gran maquinaria que es nuestro cuerpo y su funcionamiento.
A medida que vamos avanzando nos preguntamos: ¿cuál es nuestra capacidad pulmonar?, ¿cómo es de largo nuestro intestino?, ¿qué tipo de sabor detecta el lado derecho de la lengua? Para dar respuesta a éstas preguntas nos ayudamos de un par de experimentos:
1. Con ayuda de un bidón de 5 litros, agua y un tubo de plástico calculamos los litros de aire que pueden albergar nuestros pulmones. Comprobamos que aproximadamente nos caben unos 4 litros de aire.
Cantidad de aire en los pulmones |
2. Con un poco de chocolate negro, sal, azúcar y limón intentamos adivinar en qué lugar de la lengua percibimos un determinado sabor: amargo, salado, dulce y ácido. Detectamos que nos es difícil concretar el lugar exacto de dónde proviene. Los que nos son más fáciles de detectar son el amargo y el ácido.
Los sabores en nuestra lengua |
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